¡Tragedia en el mundo del rock! El icónico Ozzy Osbourne ha fallecido en su hogar a la edad de 74 años, dejando un vacío irreparable en la música y en el corazón de sus seres queridos. El Dr. William Harris, quien estuvo a su lado en sus últimos momentos, ha compartido detalles desgarradores de esta despedida que marcará a todos los que lo conocieron.

La mañana del fatídico martes, el Dr. Harris recibió una llamada urgente del asistente personal de la familia Osbourne. “Os no responde bien esta mañana”, le informaron, desatando una carrera contrarreloj hacia la residencia familiar en Buckinghamside. Al llegar, encontró a Sharon, su esposa, devastada, rodeada de sus hijos Kelly y Jack, en una casa que solía vibrar de vida, ahora sumida en un silencio aterrador.

En su habitación, el Príncipe de las Tinieblas se encontraba en un estado crítico. Su cuerpo, marcado por años de lucha contra el Parkinson y diversas complicaciones de salud, se había rendido. “Ya luché suficiente”, balbuceó Ozzy, con una mirada que transmitía paz. A las 8:02 de la mañana, su pecho dejó de moverse, y el mundo perdió a una leyenda.

El Dr. Harris, con el alma rota, reveló que, tras su muerte, notó una protuberancia en su cuello que indicaba un colapso neuromuscular. “Si esto se hubiera descubierto antes, quizás la historia sería diferente”, reflexionó. Sin embargo, la verdadera revelación llegó cuando Ozzy, consciente de su estado, le pidió que no permitiera que su imagen pública lo definiera. “Quiero que sepan quién era yo sin el ruido”, expresó, dejando un legado de humanidad y vulnerabilidad.

Sharon, visiblemente conmovida, decidió compartir la verdad sobre su esposo con el mundo. En un video titulado “La última confesión de Ozzy”, reveló sus luchas internas y la culpa que lo acompañó tras la muerte de su amigo Randy Rhoads. La noticia ha conmovido a millones, mostrando a un Ozzy más humano que nunca.

Mientras el mundo llora la pérdida de un ícono, el Dr. Harris también recibió un regalo inesperado: una guitarra que perteneció a Randy, junto con una carta que simboliza el cierre de una historia llena de amor, perdón y redención. La llama de Ozzy Osbourne seguirá viva, iluminando el camino hacia la comprensión y la empatía en el corazón de sus fans.