El 31 de agosto de 1997, el mundo se conmovió con la trágica muerte de Diana de Gales, la princesa del pueblo. A casi tres décadas de su fallecimiento, Colin Tebbutt, su chófer personal y amigo cercano, ha decidido romper su silencio en una conmovedora entrevista. En un programa matutino conducido por Ktie Ben, Colin compartió su experiencia y los devastadores momentos que vivió aquella noche fatídica.
Colin relató cómo fue informado del accidente mientras estaba en casa con su esposa. La llamada cambió su vida para siempre, llevándolo rápidamente al Palacio de Kensington, donde la tragedia se hizo palpable. La muerte de Diana, que ocurrió en el túnel del Alma en París, fue oficialmente atribuida a un exceso de velocidad y a la persecución de paparazis. Sin embargo, Colin ha desvelado que las circunstancias de esa noche son más complejas de lo que se ha informado.
A lo largo de los años, han surgido múltiples teorías sobre las causas de su muerte, incluyendo acusaciones de conspiración. Colin, que conducía frecuentemente por el mismo túnel, describió cómo las condiciones del lugar pueden desorientar incluso a los conductores más experimentados. Su testimonio busca esclarecer la narrativa oficial y proporcionar una visión más realista de lo ocurrido.
El impacto de la pérdida de Diana fue profundo, no solo para su familia, sino también para millones de personas en todo el mundo. Su funeral, que atrajo a más de 32 millones de espectadores en el Reino Unido, se convirtió en un fenómeno emocional colectivo. Mientras Colin lidiaba con la culpa de no estar al volante esa noche, tuvo la difícil tarea de trasladar su cuerpo de París a Londres, enfrentándose a una intensa cobertura mediática y una burocracia abrumadora.
A medida que las teorías de conspiración persisten, Colin espera que su relato ayude a desmitificar algunos de los rumores y a honrar la memoria de una mujer que, más allá de su título, fue un verdadero ícono de humanidad y caridad.